Capítulo 10:

Problemas que se plantean a las democracias latinoamericanas en las décadas de 1980 y 1990


Cap. 10:

10.0. Introducción

10.1. Problemas sociales

10.2. Problemas económicos

10.3. Problemas políticos

10.4. Vocabulario

10.5. Ejercicios

10.6. Referencias bibliográficas

 

10.0. Introducción

Los temas que hemos tratado durante este curso abarcan hasta los años 1970 con el golpe de estado en Chile, la segunda presidencia de Perón en Argentina y los procesos de cambio político-administrativo en Cuba. Después de este período, el continente ha pasado por las experiencias sangrientas de las dictaduras en países como Uruguay, Chile y Argentina, guerras civiles en países como Nicaragua, Guatemala y El Salvador y revueltas guerrilleras en países como Perú y México, en este último sobre todo hacia finales del siglo en Chiapas. Además, el rasgo general a partir de los años 80 es que el continente se ve en un proceso de afianzamiento democrático después de años de inestabilidad y represión autoritaria.

Pero, ¿qué problemas concretos se plantean a las democracias hispanoamericanas a partir de los años 1980? Ésta es la pregunta a la que se intentará contestar brevemente en este capítulo.

Es nuestra esperanza que el lector por su cuenta nos tome el relevo, siguiendo la búsqueda por Internet y en otros materiales; el tema de este capítulo es un tema en constante desarrollo.

Seguiremos el orden siguiente:

Para que se puedan desarrollar democracias viables en América Latina debe hacerse frente a los retos que se ven en estos tres puntos. Es que se interrelacionan; para obtener la paz, la condición sine qua non de la democracia, se tiene primero que lograr la justicia social. La justicia social y la mejor distribución de los recursos económicos llevarán, a su vez, a una vida política menos polarizada, y por eso más estable. La consecuencia de esto sería un mejor equilibrio económico y, habiéndose equilibrado económicamente las sociedades latinoamericanas, con más probabilidad también se estabilizarán sus democracias.

Por ende se ve que las emergentes democracias latinoamericanas tienen que asegurar la paz para afianzar sus democracias, pero ¿cómo lograrlo?

El aseguramiento de la paz requiere, pues, que se superen los años de injusticia social, dependencia económica y autoritarismo político del pasado. Y éste es el círculo vicioso en que se encuentra el continente, ya que parece que las propuestas políticas que se han probado para solucionar la conflictividad social han chocado con los intereses económicos extranjeros y oligárquicos, temerosos de perder sus fueros y privilegios. Y han seguido los golpes de estado muchas veces apoyados justamente por los representantes de estos intereses económicos, lo que ha llevado al autoritarismo político.

Para acabar con el autoritarismo político y la dependencia económica a menudo han surgido revoluciones políticas o militares que han desestabilizado las economías de los países, y algunas veces, incluso, provocado la intervención militar extranjera. Así no se ha logrado la tan importante estabilidad económica. De ahí que haya sido de difícil alcance la justicia social. Y así se va obstaculizando el camino a la paz, y con esto el camino a la estabilidad democrática. Prolongándose así la conflictividad social, las emergentes democracias latinoamericanas siempre se encontrarán ante la amenaza de la dinámica antidemocrática.

Por eso ha sido tan importante la contribución de los Premios Nobel de la Paz, Óscar Árias Sánchez y Rigoberta Menchú, en el desarrollo democrático del continente; su contribución ha puesto de realce la importancia de la solución de los problemas sociales, económicos y políticos del continente para poder asegurar la democracia. Y son, justamente, estos problemas los que se estudiarán con más detención aquí.

 

 

10.1. Problemas sociales

Las democracias latinoamericanas se están enfrentando a un gran problema de desequilibrio social, el que en nuestra opinión se debe a dos factores: la continuidad de las estructuras sociales heredadas de la colonia y el período post-independentista, además del importante crecimento demográfico que ha tenido lugar a partir de 1945.

El crecimiento demográfico se ha hecho notable sobre todo en países como México, Venezuela, Colombia, las Repúblicas Centroamericanas, Ecuador, Perú y Bolivia aunque la población también ha crecido considerablemente en la zona del Caribe y el Cono Sur. Este crecimiento se debe a un índice de natalidad que sigue siendo alto, habiéndose a la vez reducido la tasa de mortalidad infantil y prolongado la esperanza de vida en muchos países.

Alrededor del año 2000 vivían en Hispanoamérica unos 330 millones de personas, y por el año 2025 su población alcanzará probablemente los 443,5 millones de personas. Así, entre 1930 y el 2050, Hispanoamérica habrá multiplicado por seis su población. Efectivamente, se ha afirmado que solamente hacia el año 2100 Hispanoamérica tendrá un sistema demográfico moderno con baja mortalidad combinada con una baja natalidad. Y esta explosión demográfica es un fenómeno que ha golpeado sobre todo las grandes urbes. A esto viene también el éxodo rural que hace que los centros urbanos también deban absorber a las grandes masas de personas que dejan el campo para buscarse una vida mejor en la ciudad.

Estas dos tendencias, o sea el crecimiento de la población, sobre todo de la población marginada, y el éxodo hacia los grandes centros urbanos tienen como consecuencia el crecimiento desmesurado de las grandes aglomeraciones urbanas; la capital de México es ahora el centro urbano más grande del mundo. En realidad, muchas de las aglomeraciones urbanas más grandes del hemisferio occidental se encuentran en América Latina; es un continente de un alto porcentaje urbano, donde hay extensos territorios despoblados y centros urbanos enormes.

Estos dos factores, o sea la migración campo-ciudad y el crecimiento demográfico, causan los ya conocidos problemas de chabolismo, pobreza y desempleo, además de los problemas de infraestructura sanitaria.

Asimismo, por la reducción de la tasa de mortalidad infantil la población latinoamericana se va haciendo más joven; en muchos países el contingente de personas de menos de quince años puede constituir hasta la mitad de la población. Así, el mercado laboral no puede absorber a esos contingentes cada vez mayores de personas jóvenes en busca de trabajo, creciendo así aún más el desempleo y el subempleo; la consecuencia es la acentuación de los problemas sociales, y con esto la obstaculización del afianzamiento de la democracia.

 

 

10.2. Problemas económicos

Hemos dicho arriba que el crecimiento económico es una condición importante para que se desarrolle la democracia en Hispanoamérica. El crecimiento económico podría aportar la base de la solución de los apremiantes problemas sociales. Sin embargo, para lograr la independencia y el crecimiento económicos, se necesita una base industrial propia. No debe hacérsenos cuesta arriba comprender que el tradicional carácter agroexprotador de las economías hispanoamericanas dificulta tal desarrrollo. El período entre 1945 y 1975 supuso una gran transformación para Hispanoamérica, caracterizada por la formación y expansión de una estructura industrial; a pesar de ello, Hispanoamérica sigue siendo un continente escasamente industrializado.

A la tradicional extracción y exportación de minerales se ha añadido la importancia del sector energético como fuente de ingresos para muchos países. No obstante, aún habiéndose añadido esta importante fuente de ingresos a las economías hispanoamericanas, continúan siendo economías exportadoras, al provenir de la misma exportación petrolera la mayoría de los ingresos en el sector energético. Así, la dependencia económica perdura, y se les hace aún más difícil romper el ciclo de dependencia económica que se inició en la colonia y que no se solucionó con la independencia de España. Por eso, las estructuras del legado colonial aún en la actualidad hacen difícil el camino a la verdadera democracia.

Es esa dependencia del extranjero, y su vinculación con los intereses oligárquicos locales, la que traba al continente en su desarrollo económico. Además de impedir el desarrollo de una base industrial nacional en el continente, también lo hace muy vulnerable a las fluctuaciones económicas internacionales; a principios del siglo XXI Argentina nos puede servir de ejemplo de ello.

La inestabilidad económica, resultado de la dependencia del exterior y de la falta de una base industrial propia, puede llevar a la acentuación de los problemas sociales en tiempos de recesión económica, aumentando así las tensiones sociales. Y hemos visto arriba que las tensiones sociales son una de las amenazas más importantes para las democracias latinoamericanas.

Basándonos en los susodicho, es nuestra opinión, pues, que las democracias hispanoamericanas pueden peligrar por el carácter de sus economías.

 

 

10.3. Problemas políticos

Al entrar en los años 1980, muchos de los países latinoamericanos se encontraban en un estado de transición; en Argentina y Uruguay, por ejemplo, se había vivido la experiencia de una dictadura militar, y en América Central un país como El Salvador se recuperaba después de la experiencia desgarradora de la guerra civil. Como consecuencia de esto era necesario consolidar estas democracias emergentes. Y hemos esbozado en los apartados precedentes que la consolidación política de las democracias depende de factores sociales y económicos que deben solucionarse para asegurar el buen funcionamiento de las democracias. Es menester tomar en consideración otro factor también; esos años de autoritarismo, represión y guerras civiles han conllevado profundas cicatrices de rencores que también deben superarse. Esta reconciliación es una condición muy importante para el desarrollo democrático.

En cuanto al aspecto político del afianzamiento de las democracias hispanoamericanas, también tiene que recordarse que a los países hispanoamericanos les falta una fuerte tradición democrática, salvo tal vez los casos de Chile y Costa Rica. México está en una posición intermedia por la dominación del PRI desde la revolución mexicana, la cual se rompió con la elección de Vicente Fox en 2000. Sin embargo, este último país ha gozado de bastante establilidad constitucional y política, pero le ha faltado la diversidad política.

Con respecto al desarrollo político, hemos visto durante este curso que muchos de los países pasaron por diferentes experiencias políticas después de la independencia; tras la ruptura de los lazos con España se vio la lucha entre conservadores y liberales, la cual llevó al triunfo liberal a mediados del siglo XIX. Fue entonces cuando surgieron los primeros partidos políticos, muchas veces basados en los intereses de los diferentes grupos oligárquicos. La exclusión de las grandes masas populares y la injusticia social y económica condujo a las experiencias revolucionarias, como se ha visto en el caso de México, y la llegada al poder de los representantes de los radicalismos, como se ha visto en el caso de Argentina.

Sin embargo, los problemas estructurales de la sociedad dificultaron el desarrollo de unas democracias viables, y la penetración económica extranjera fue aumentando durante la primera mitad del siglo XX. Esa dependencia económica hizo difícil la nacionalización de la economía, y las propuestas políticas que intentaban una reestructuración de la sociedad chocaban con la resistencia de los intereses oligárquicos y extranjeros, como fue el caso de la Unidad Popular en Chile.

También se ha visto durante este curso que el liberalismo político tampoco ha podido llevar al contintente la justicia social y económica que tanto ha necesitado. En realidad ha aumentado aún más la dependencia económica por haberse abierto así las puertas al capital extranjero. Y al revés: si se ha recurrido al autoritarismo político y en su gran mayoría conservador para restaurar el orden para así lograr el progreso económico, se han suprimido las libertades individuales, que son igual de importantes para la estabilidad política.

Otro aspecto que aquí se debe mencionar es el hecho de que las democracias hispanoamericanas carecen de una legitimidad completa en la población, ya que las grandes masas populares, que históricamente han quedado excluidas de los procesos políticos, en muchos países no llegan a tener la misma importancia política que los grupos oligárquicos tradicionalmente fuertes, en su gran mayoría descendientes de los criollos. Por eso, a las democracias hispanoamericanas les falta una dinámica democrática incluyente.

Y en el ejemplo de la Argentina actual se reconoce justamente la conflictividad esbozada en en este capítulo: el desplome del sistema económico lleva a la miseria social, que a su vez lleva a la alienación de las masas populares de los procesos políticos. Y con la alienación de las masas populares del sistema político del país, éste pierde su legitimidad. Así corre peligro la democracia tan asiduamente desarrollada desde la llegada al poder de Raúl Alfonsín en 1983, la que en un principio también se encontraba ante la constante amenaza de la intervención militar en la vida política del país.

La emergente democracia argentina de los años 80 estaba amenazada por la sombra de la intervención militar por considerar muchos militares que fueron ellos los que habían salvado la civilización en los años 70. Y tal vez no sea arriesgado pensar que de la recesión económica del país, con la consiguiente pauperización de las masas populares e inestabilidad social, puede resultar una amenaza política para la democracia argentina, tal como se ha visto en numerosas ocasiones, no solamente en la historia argentina, sino también en la de todo el continente hispanoamericano.

 

10.4. Vocabulario

Índice / tasa de mortalidad: porcentaje de personas muertas en relación con la población total de un país.

Índice / tasa de natalidad: porcentaje de personas nacidas en relación con la población total de un país.

Esperanza de vida: la edad máxima promedia que puede alcanzar una persona.

Chabolismo: el fenómeno del desarrollo de zonas de chabolas/barriadas marginadas. Estas zonas de chabolas tienen muchos sinónimos por todo el continente latinoamericano: villas miseria, favelas, barrios etc.

 

 

10.5. Ejercicios

  1. ¿A qué tipos de problemas se enfrentan los países hispanoamericanos a finales del siglo XX?
  2. ¿A qué se deben estos problemas?
  3. ¿Por qué es tan importante solucionar estos problemas para fortalecer el desarrollo democrático?
  4. ¿Basándote en lo que has estudiado durante este curso, qué futuro ves para las nuevas democracias hispanoamericanas?

 

 

10.6. Referencias bibliográficas

Álvarez-Solar, María (2000): Curso de Historia Contemporánea de América Latina (compendio). Bergen: Departamento de Español y Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Bergen.

Albert, María Ángeles; Ardanaz, Francisco y Vázquez, Germán (1996/2002): Hispanoamérica, ayer y hoy. Cuarta edición. Madrid: SGEL, S.A.

Galeano, Eduardo (1992): Las venas abiertas de América Latina. Madrid: Siglo XXI de España Editores, S.A.

Halperin Donghi, Tulio (1993): Historia contemporánea de América Latina. Madrid: Alianza Editorial.

Rama, Carlos M. (1982): Historia de América Latina. Barcelona: Ed. Bruguera.

Rock, David (1988): Argentina 1516-1987. Desde la colonización española hasta Raúl Alfonsín. Madrid: Alianza Editorial, S.A.

Salmoral, Manuel Lucena et al. (1998): Historia de Iberoamérica. Tomo III, Historia contemporánea. Madrid: Ediciones Cátedra, S.A.

 

 

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