Capítulo 2:

Encuentros y desencuentros: la configuración de la población


Cap. 2:

2.1. Culturas autóctonas

            2.1.1. Cultura náhuatl

            2.1.2. Cultura maya

            2.1.3. Cultura inca

2.2. Los colonizadores

            2.2.1. La emigración

            2.2.2. El primer desencuentro: problemas en torno a la concepción del indio

            2.2.3. La diferenciación social en el siglo XVI

            2.2.4. Formación de las élites criollas

2.3. La población de origen africano

2.4. El proceso de mestizaje

2.5. Colonización cultural

2.6. Vocabulario

2.7. Ejercicios

2.8. Referencias bibliográficas

 

 

2.1. Culturas autóctonas

2.1.1. Cultura náhuatl

La zona náhuatl o mexicana es una cultura conformada por varios pueblos. En el caso de los toltecas, los primeros, la expresión artística está muy vinculada a la religión. Hacia el siglo XIII, vienen del norte los aztecas. En el siglo XV Tlacaetel comienza la expansión azteca que culminará en el sometimiento militar de los pueblos circundantes, hasta llegar a los límites de los mayas. Moctezuma II intentó dar cohesión, de un modo bastante liberal, a tanta diversidad de pueblos: aceptó oficialmente el culto a diversos dioses no aztecas. Como los mesoamericanos, en general, la concepción del mundo estriba en grandes convulsiones provocadas por violentas intervenciones divinas. El ciclo de las edades o soles es el producto de esas luchas. Esta concepción religiosa es trasmitida a base de tradición oral y "glifos"; había escuelas de memorización e interpretación para ciertos individuos. En la poesía náhuatl hay siempre un doble significado de tipo esotérico. Excepto Quetzalcoatl los dioses son violentos. El mundo náhuatl está dominado por las ideas de muerte y transitoriedad.

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2.1.2. Cultura maya

En Yucatán y Centroamérica, crearon una austera cultura aun superior a la de los náhuatl con un calendario, signos semifonéticos y un arte y una arquitectura impresionante.

La variedad de idiomas siempre dificultó el estudio de la literatura maya. Se transcribieron dos obras al castellano: Popol- Vuh y los libros de Chilambalám. El primero fue descubierto por el dominico Francisco Ximénez en el siglo XVIII (aunque la primera edición no se llevó a cabo hasta el siglo XIX). Contiene antiguas leyendas del pueblo quiché y la historia del avance de Alvarado, con la destrucción final. El libro arranca de los orígenes del mundo y narra la creación, el diluvio.

 

 

2.1.3. Cultura inca

Su importancia fue del Perú a Ecuador, Bolivia y parte de Chile. Hacia el siglo XIV sometieron a los restantes pobladores del territorio y fundaron el Imperio más extenso de entre los precolombinos, unificado por la lengua quechua.

Los incas tenían un origen divino: eran hijos del sol, el primer inca se llamó Roca y el último Huayna Capac, que a su muerte dividió el Imperio entre sus hijos Huáscar y Atahualpa, a los que los españoles encontraron en guerra fratricida. La organización política y religiosa incaica fue admirable. Sin embargo, no dejaron documentos literarios.

 

 

2.2. Los colonizadores

2.2.1. La emigración

Aunque la emigración fue constante a lo largo de los siglos hasta bien entrado el siglo XX, podemos distinguir dos fases: una la emigración colonial, y otra la emigración a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Las fuentes para el estudio de la emigración colonial se encuentran en el Archivo de Indias de Sevilla y son básicamente: los libros de asientos y las informaciones y licencias de pasajeros elaboradas por la Casa de Contratación. Estas fuentes son parciales y no son estadísticas. Tampoco se puede elaborar una estadística del origen estamental de los emigrantes, así no sabemos cuántos hidalgos emigraron. Podemos considerar que los que emigraron lo hicieron por motivaciones económicas en la mayoría de los casos. En un primer momento buscaban una vida mejor con posibilidad de tener tierra para cultivar y atraídos por medidas dadas como la exoneración de impuestos y la concesión de aperos de labranza y simientes, etc. En un segundo momento fue el mito del oro el que impulsó a la aventura americana. La emigración se caracterizó por ser limitada (emigración de calidad) y se prohibía la emigración de judíos, musulmanes, conversos, extranjeros, convictos y prostitutas. Pero muchas veces las leyes se saltaron. La emigración femenina se limitó preferentemente a las esposas ya que hubo numerosas disposiciones para fomentar la emigración familiar. Sin embargo, las mujeres podían viajar solas, preferentemente como criadas o allegadas familiares.

Consulta sobre el comercio y las rutas trasatlánticas, virreinatos e instituciones.

 

 

2.2.2. El primer desencuentro: problemas en torno a la concepción del indio

Con la conquista entran en violento contacto dos mundos diferentes: el de los europeos y el de los indígenas, pobladores de aquellos territorios. El hombre blanco impondrá su religión, lengua y costumbres. Su relación con el indígena será contradictoria: por una parte de explotación y por otra de evangelización, incluso ambas a la vez, como en el caso de la encomienda. En esta institución el doctrinero y el encomendero funcionan juntos, resultando en que la evangelización fue más impuesta que aceptada.

En lo que se refiere a la naturaleza del indio, hubo fuertes divergencias entre colonizadores y misioneros. Muchos colonizadores aceptaban que los indios descendían de Adán, pero que en un momento determinado por obra de Satanás se había roto el contacto entre el indio americano y los europeos. Otros como el padre Vitoria creían que el adiestramiento manual y el desarrollo cultural de algunos indios se debía a que eran seres inteligentes. Bernardino de Sahagún defendía que eran hermanos y como tales había que tratarlos. Debemos tener muy en cuenta la mentalidad de estas personas para comprender sus ideas y el trato que dieron a los indios. En el fondo, lo que se debatía era si los indios eran esclavos naturales o no. La polémica se polarizó en dos posturas, una la que seguía la línea aristotélica-tomista: Ginés de Sepúlveda, y otra la que consideraba que la relación de esclavitud no era natural nunca, sino basada en la fuerza y por tanto siempre inaceptable, la figura más conocida en esa línea es la de Bartolomé de las Casas.

Otro tema que preocupaba a los colonizadores era la moralidad de la lucha contra los indios y la matanza de los mismos. Entonces aparece otra nueva polémica, la de la guerra justa. La figura central va a ser el padre Vitoria. Tanto este, como Ginés de Sepúlveda, fueron defensores de la guerra justa, es decir que en determinadas circunstancias era lícita la guerra contra los indios. Toda esta polémica quedó zanjada con la bula de Paulo III Sublimis Deus (1537), donde se deja muy claro el derecho a la libertad y al cristianismo de los indios "como verdaderos hombres que eran".

 

 

2.2.3. La diferenciación social en el siglo XVI

Los españoles fueron especialistas en construir castas. Practicaron con otras culturas la asimilación forzosa, así judíos y musulmanes fueron obligados a bautizarse o marcharse de España. Esta asimilación (forzosa), creó a su vez una desasimilación, formándose castas: cristianos viejos y cristianos nuevos y estableciéndose la llamada pureza de sangre que mostraba si uno era más de linaje de cristianos que otro. En el siglo XVI el grupo de los blancos en América es un grupo heterogéneo desde el punto de vista económico y compuesto por comerciantes, agricultores, artesanos, religiosos y burócratas.

 

 

2.2.4. Formación de las élites criollas

En el siglo XVI se desarrolló en América el uso de la encomienda, institución de origen medieval. En América el encomendero era un español que recibía el servicio de unos indios (encomendados) a los que debía instruir en la fe católica (para lo que utilizaba un fraile o doctrinero), a cambio los indios debían pagar un tributo o realizar unos servicios. La encomienda degeneró en una serie de abusos criticados por los propios españoles. La crítica más dura la llevó a cabo Fray Bartolomé de las Casas en su obra Brevísima relación de la destrucción de las Indias. La encomienda permitió a una serie de personas acumular un capital que invirtieron en la explotación de tierras y minas.

Poco a poco fue perfilándose un grupo con poder social y económico. Sus integrantes recibieron el nombre de criollos. El término criollo en un principio significaba "natural de", así se decía: "criollo de la Española", con el tiempo se aplicó a aquellas personas nacidas en América, así por ejemplo "negro criollo" frente a negro bozal o nacido en África. Sin embargo, hasta el siglo XVIII, los blancos nacidos en América eran llamados españoles y los nacidos en España peninsulares. En este siglo comenzaron a hacerse muy fuertes las desavenencias entre ambos grupos.

Tras la conquista, la propiedad de la tierra se concedió solamente a algunos como regalo o merced. Muchas personas disfrutaban de hecho de tierras de las que no poseían documentos de propiedad. En el siglo XVII fue posible comprar los títulos de propiedad de la tierra. A su vez, la compra de oficios públicos en el siglo XVII, permitió a los criollos apoderarse de cargos en los cabildos, esto favoreció al desarrollo de las élites locales criollas. Estas medidas fueros tomadas por la Corona, debido a la crisis económica, como una forma de adquirir dinero y sirvieron indirectamente para afianzar el poder de las élites criollas.

 

 

2.3. La población de origen africano

En 1528, Carlos V ordenó que las Audiencias de Santo Domingo y de México llevaran a cabo una investigación sobre los malos tratos dados a los indios, haciéndose un registro sobre los esclavos existentes. En noviembre de 1526 y en agosto de 1530, un decreto prohibió a los españoles reducir a los nativos a esclavos, incluso los tomados en una "guerra justa". Sin embargo, el decreto de 1530 se canceló cuatro años después, exceptuándose la esclavitud de mujeres y niños. En 1537, el papa Paulo III declaró que a los indios: "no había de privárseles de su libertad o de la posesión de sus propiedades, aun cuando estuvieran fuera de la fe de Jesucristo" 1. Con esto, el papa daba un duro golpe a la trata de indios. En contraposición a la prohibición de la esclavitud de los indios, la esclavitud de los negros se consideró entonces necesaria y se aceptó durante toda la época colonial.

Hasta finales del siglo XVI el comercio de esclavos con América se realizó mediante la concesión de cédulas especiales, en 1579 la licencia suponía 30 ducados por cada negro, lo cual constituía una importante fuente de ingresos para la Corona española. Según informes de la Casa de Contratación (Sevilla 1589), los esclavos constituían la mercancía más importante que se llevaba a América, mercancía que anualmente representaba un valor de alrededor de un millón de ducados. A partir del año 1595 aparece una forma nueva en la administración de licencias, se suprimen las antiguas y se concede a una persona, un empresario, una concesión por un determinado número de años de la exportación de esclavos negros y teniendo dicho empresario el monopolio para tal exportación. Esto figuraba en un convenio de derecho público, llamado asiento, que dio el nombre a dicha forma de introducción de esclavos negros en América. Comienza el sistema de asiento de negros durante el reinado de Felipe II.

La trata de esclavos se extendió por todo el continente americano, pero especialmente se concentró en las zonas tropicales o subtropicales, especialmente en la zona caribeña; esto se explica por la fácil adaptación al clima tropical y la ausencia de altitud que existe en la costas. La utilización de una mano de obra abundante y rentable impulsó el sistema económico colonial, beneficiándose de este modo en ambas orillas del Atlántico del comercio humano de negros africanos, aunque fue Europa la más beneficiada.

 

 

2.4. El proceso de mestizaje

Para Uslar Pietri el mestizaje en América Latina "es uno de los grandes hechos culturales de la historia" 2. En el término mestizo hay cierta imprecisión, ya que en castellano se ha aplicado en especial para los individuos resultado del mestizaje entre blancos e indios. Se olvida con este uso que una considerable parte del mestizaje en la América hispánica se hizo entre blancos y negros y negros e indios. Respecto a este uso, Aguirre Beltrán propone la utilización de indomestizo y de afromestizo 3. Indomestizos, mulatos y zambos adquirían tal denominación por exhibir un fenotipo, que indicaba que eran la mezcla de un blanco y una india, en el caso del indomestizo, de un blanco y una negra, en el caso del mulato, y de un negro y una india, en el caso del zambo.

Los españoles no concibieron su etnocentrismo en términos de raza, sino de religión ante el infiel y el pagano 4, o como dice Dominguez Ortiz: "el español no era racista en el aspecto biológico, pero sí lo fue, y cada vez más, en el cultural" 5. Se fomentó la emigración de españoles casados que viajaran con sus esposas (especialmente a partir de 1553), incluso se llegó a la importación de mujeres esclavas blancas "moriscas", a pesar de todas estas medidas, que tienen motivaciones muy diversas, las mujeres españolas casaderas fueron escasas en los primeros años de la Colonia, especialmente aquellas con pureza de sangre y buenas costumbres, es decir que no fueran conversas, moriscas o prostitutas. Esta ausencia de españolas hizo inevitable las uniones por lo general fuera del matrimonio entre españoles e indias.

Cuando el mestizaje comenzó a ser notorio, las autoridades coloniales elaboraron una serie de leyes y normativas sociales, religiosas y morales con el fin de cosificar al mestizo impidiéndole de paso el ascenso social y el poder aunque hubo algunas posibilidades de evitar estas imposiciones y lograr un ascenso. Esta situación se agrava en el siglo XVII, cuando los criollos tendrán que competir por los puestos burocráticos, eclesiásticos y docentes con peninsulares y mestizos. El mestizo es marginado con mayor facilidad que el peninsular porque carece de linaje. Por lo general, este tuvo que luchar para lograr un puesto en la sociedad, algo que muchas veces le llevó a la violencia, a la sumisión o al desarraigo. Esto unido a la diversidad creciente de los grados de mestizaje y la dificultad de establecer quién era mestizo y quién no lo era, llevó por último, en el siglo XVIII, a los elementos sociales dominantes a tipificar y hacer una nomenclatura de los diversos grados o castas del mestizaje.

El mestizo sufre una degradación en su aceptación social a partir de la segunda mitad siglo XVI, debido a su aumento 6 y al carácter diferente de las uniones de sus progenitores, ya que, como señala Domínguez Ortiz, en el siglo XVII el número de hijos ilegítimos en las ciudades coloniales llegaba al 50% 7, muchos eran mestizos. Rosenblat relaciona también el aumento de los mestizos con su creciente inadaptación social 8. El ascenso social era más difícil para estos mestizos, frecuentemente indomestizos en esos años, que junto con sus madres forman grupos muy necesitados, tanto más cuando el mundo indígena materno había sufrido cambios impuestos por los colonizadores que entre otros habían dado como resultado la pérdida del status de la mujer al ser sustituido el matriarcado indígena, donde lo había, por el patriarcado de los colonizadores.

El creciente número de mestizos no asimilados y por tanto desarraigados había comenzado ya a ser preocupante en la primera mitad del siglo XVI, en 1533 se despachó una Real Cédula que decía:

 

He sido informado que en toda esta tierra hay mucha cantidad de hijos de españoles que han habido de indias, los cuales andan perdidos entre los indios, e muchos dellos, por mal recaudo, se mueren y los sacrifican, de que Nuestro Señor sea deservido; e que para evitar lo susodicho y otros daños y malos reacaudos que de andar ansí perdidos podría recrescer, me fue suplicado mandase que fuesen recogidos en un lugar que para ello fuese señalado, adonde se curasen o fuesen mantenidos ellos y sus madres 9.

 

A partir de 1549 se inicia una legislación para los mestizos, se les prohíbe tener indios en encomiendas, ser escribanos o notarios públicos, vivir en pueblos de indios, o ser caciques. En las ciudades había barrios separados para los indios con el propósito principal de protegerlos, en la ciudad de Cartago en Costa Rica hubo zonas especiales para habitar los indios, en las goteras de la ciudad, al sur-oeste; una zona para los blancos en el centro y otra para los afromestizos en el oriente de la ciudad.

El término mestizo sufre paralelamente un desprestigio y en general es un grupo del que se desconfía. Al desprestigio del término mestizo se añade su ambigüedad al aumentar los grados de mestizaje con la llegada masiva de esclavos negros aumenta el número de términos para denominarlos, Manuel Alvar ha recogido 82 términos con unas 240 acepciones referidas al mestizaje 10. Al mismo tiempo, al perderse la identidad paterna resultaba difícil establecer quién era mestizo y quién no lo era. Muchas veces el serlo dependía más de la pública estimación que de factores biológicos 11, sucede así que los mestizos con un status socio-familiar relevante podían ascender en la sociedad y eran asimilados a los españoles y a los indios distinguidos. Por simple observación ocular era difícil distinguir a veces quién era indio, mestizo o mulato. Sobre esto hay abundantes ejemplos en la documentación colonial. Así los mulatos podían ser descritos como: mulatos blancos o claros, mulatos moriscos (mezcla de blanco-mulata blanca), prietos, canela, etc. Los mulatos podían eufemísticamente llamarse pardos, y los negros morenos. Esta ambigüedad tenía su lado bueno porque permitía también fácilmente adquirir una identidad étnica ante la ley, que podía corresponderse o no con el fenotipo del individuo. Se podía solicitar a las Audiencias certificados de pureza de sangre, en los que se consideraba que eran blancos los individuos que tenían 1/8 de sangre india o un 1/16 de sangre negra. Cómo establecían estos porcentajes es difícil de responder, pero en todo caso siempre y mediante una suma de dinero se dispensaba la calidad de pardo (mulato) o quinterón (grado de mulatez) 12. También la ambigüedad del mestizaje se plasma en las sentencias emitidas por las Audiencias en las que se certifica que una persona: "se tenga por blanco".

Los afromestizos sufrieron mayor número de impedimentos que los indomestizos en las normativas elaboradas por las autoridades coloniales. Especialmente se limitó al afromestizo y negro libre la libertad de movimento, se reglamentó la vestimenta, se prohibió el uso de armas, y el acceso a la enseñanza superior, así por ejemplo los mulatos no podían hacer la tesis doctoral. Pero si bien la legislación colonial cosifica al afromestizo a la par le permite mediante la compra de cédulas de gracias al sacar conseguir el certificado de blancura que acredita: "que se tenga por blanco". De esta manera a comienzos del siglo XVIII muchos mulatos eran tenidos oficialmente por blancos, es decir legalmente eran blancos. Además, el sistema colonial con estas cédulas lograba no solo ingresos, sino también asimilar al mundo blanco a los mulatos con más recursos. Los mulatos, en el caso de tener un padre blanco con un status social y que les quisiera reconocer como hijos, podía suponer su libertad en el caso de ser esclavos, o su ascenso social en el caso de ser libres. Así en Cuba los hijos de soldados blancos podían ser libertados bajo ciertas condiciones, o en el caso de que el padre fuera un clérigo los hijos mulatos esclavos adquirían automáticamente la libertad.

 

 

2.5. Colonización cultural

Los colonizadores españoles impusieron en los nuevos territorios conquistados su cultura. Esta imposición no supuso la anulación absoluta de otras culturas. Se produjo un proceso de inclusión y exclusión de elementos culturales, entre colonizadores y colonizados, en ambas direcciones. Hubo una resistencia primaria por parte de los colonizados y esclavizados. Hubo guerras, revueltas, cimarronaje y especialmente resistencia cultural, algunas veces favorecida por los propios españoles, así los pueblos de indios permitieron la conservación de elementos culturales indígenas como el vestido, la lengua, y costumbres. Los esclavos africanos, conservaron elementos culturales en la música o en la religión, que llegan a nuestros días como es el caso de la santería o de la música afrocaribeña.

Hasta bien entrado el siglo XX se consideró que los pueblos colonizados de América Latina habían recibido los dones de la civilización europea. Tenemos que tener en cuenta que el evolucionismo social en boga en el último tercio del siglo XIX establecía la superioridad de la civilización europea, idea que caló hondo, no sólo en Europa, sino también en parte de las élites y de la intelectualidad latinoamericana. A partir de principios del siglo XX comienzan una serie de reflexiones sobre el intercambio cultural entre Occidente y los pueblos colonizados y aparecen entonces olas de actividades, reflexiones anticolonialistas y luego antiimperialistas. Todo ello da un violento cambio de perspectivas en la relación entre Occidente y el mundo no occidental 13. Teóricos del tercer mundo como Fanon acusan a Occidente de haber creado su desarrollo con el sudor de los pueblos colonizados 14.

 

1 Hanke (1975).

2 Temas y Debates. El País. 16.10.1998.

3 Aguirre Beltrán (1989).

4 Céspedes del Castillo (1986).

5 Domínguez Ortiz (1996), p. 124.

6 Pérez de Barradas señala que a mediados del siglo XVI el número de mestizos en algunas regiones era mayor que el de los blancos. (Pérez de Barradas, 1976).

7 Domínguez Ortiz (1996), p. 125.

8 Ibídem, p. 127.

9 Pérez de Barradas (1976), p 133.

10 Alvar, Manuel (1982).

11 Domínguez Ortiz (1996), p. 125.

12 Pérez de Barradas (1976), p. 213.

13 Said (1996), p-307.

14 Fanon (1971).

 

 

2.6. Vocabulario

Antiguo Régimen: En España y en América período de tiempo que se extiende hasta la Revolución Liberal de principios del siglo XIX.

 

Capitanía General: División administrativa de menor importancia que el virerreinato. A su mando había un capitán general.

 

Composición de tierras: Medida de tierras llevada a cabo por un juez para determinar la propiedad de las mismas.

 

Criollo: Persona de la raza blanca nacida en América.

 

Encomienda: Institución mediante la cual se adjudicaba a una persona llamada encomendero una serie de indios, que prestaban servicios o tributos y a cambio eran instruidos en la religión cristiana.

 

Elite / oligarquía: Grupo social minoritario con gran poder económico, político o religioso.

 

Virreinato: Unidad administrativa durante la Colonia. Hubo cuatro virreinatos: el de Nueva España, el de Perú, el de Nueva Granada y el de la Plata. Los dos primeros fueron los más antiguos y más importantes.

 

Virrey: Máxima autoridad de un virreinato.

 

Audiencia: Cada virrey era asesorado por una Audiencia integrada por oidores. A finales del siglo XVII existían once audiencias: México, Lima, Santo Domingo, Panamá, Guatemala, Charcas, Quito, Chile, Santa Fé de Bogota, Guadalajara y Buenos Aires, en el siglo XVIII se añadieron Caracas y Cuzco.

 

Doctrinero: Misionero encargado de la evangelización de los indios en las encomiendas.

 

Bula: Documento papal.

 

Castas: En América Latina grupos étnicos.

 

Cristianos viejos: Españoles que no tenían ascendencia judía o musulmana.

 

Linaje: Ascendencia o descendencia de cualquier familia.

 

Oficios públicos: Puestos en la administración del Estado.

 

Cabildos: Ayuntamientos en América.

 

Títulos de propiedad de la tierra: Documento jurídico en el que se establece el derecho sobre una propiedad rústica.

 

 

2.7. Ejercicios

  1. ¿Qué tipo de culturas autóctonas ha habido en Hispanoamérica y cuáles son sus características?
  2. ¿Quiénes eran los colonizadores de Hispanoamérica?
  3. ¿Cómo se trataba a los indios y por qué constituían un problema para los blancos? ¿Cómo se intentó solucionar esta problemática?
  4. ¿Hubo una diferenciación social en América durante la Colonia?
  5. ¿Cómo se distribuían los títulos de la tierra y los oficios públicos durante la Colonia?
  6. Describe la situación de la población de origen africano.
  7. ¿Qué es el proceso de mestizaje y qué consecuencias tuvo para la sociedad hispanoamericana colonial?
  8. ¿Qué implicó la colonización cultural de Hispanoamérica?

 

 

2.8. Referencias bibliográficas

Aguirre Beltrán (1989): Obra antropológica II. La población negra de México. Estudio etnohistórico. México: FCE.

 

Alvar, Manuel (1982): Las castas coloniales. Actas del I Congreso de español de América por Humberto Lopez Morales y Marta Vquero. San Juan de Puerto Rico: Academia Portorriqueña de la Lengua.

 

Céspedes del Castillo, Guillermo (1986): Textos y documentos de la América Hispánica. Madrid: Ed. Labor.

 

Domínguez Ortiz, Antonio (1996): La sociedad americana y la corona española en el siglo XVII. Madrid: Ed. Marcial Pons.

 

Fanon, Franz (1971): Jordens fordømte. Oslo: Pax Forlag.

 

Hanke, Lewis (1975): Pope Paul III and the American Indians. Harvard Theological Review XXX, pp. 65-162 (citado por Haring (1975) p. 79).

 

Pérez de Barradas, José (1848, ed. de 1976): Los mestizos de América. Madrid: Espasa Calpe.

 

Said, Edward W. (1996):Cultura e imperialismo. Barcelona: Colección Argumentos.

 

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