Ideologías, partidos y movimientos
Cap. 4:
4.2. La formación de los nuevos países: Centralistas y federalistas
4.4.1. Evolución del liberalismo
4.7. Movimientos revolucionarios
4.7.2. Las sublevaciones campesinas de la década de 1930
Este capítulo tiene como objetivo presentar algunas de las ideologías, partidos y movimientos que han tenido mayor importancia en la evolución histórica de los países hispanoamericanos.
Algunos de los problemas sociales presentados necesitan una interpretación cultural, dada la diferencia entre la historia de Noruega y América Latina. Para ello, deberemos analizar previamente algunos rasgos de la mentalidad de los actores dominantes en esta historia.
Mentalidades
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Colonia |
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Independencia y formación de los nuevos países: |
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4.2. La formación de los nuevos países: Centralistas y federalistas
La independencia de los países hispanoamericanos durante el primer tercio del siglo XIX fue protagonizada por un sector de los criollos (blancos nacidos en América). Una vez en el poder adoptarán el modelo político europeo, es decir un sistema parlamentario, con división de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), y una constitución. Pero, desde el principio, el poder más fuerte fue el ejecutivo. No hubo una unidad de criterios políticos y pronto se dividieron en dos polos: los partidarios del federalismo y los partidarios del centralismo.
4.2.1. ¿Por qué estas divergencias entre centralistas y federalistas?
Para explicar esto tenemos que volver a la colonia, y recordar cómo el Estado colonial permitió de facto una libertad de movimiento a los criollos en las diversas regiones (libertad que luego se intentó restringir con las Reformas Borbónicas). Existían unos poderes regionales latentes basados muchas veces en los vínculos personales, que, una vez lograda la independencia, los poderes ejecutivos tendrían que controlar. Esto no fue una tarea fácil.
Las élites criollas, que alcanzan el poder, para mantenerse en el mismo, se vieron obligadas a reforzar el poder ejecutivo y el centralismo político. Pero, no todos los integrantes de las oligarquías opinaban lo mismo. En algunos países, como México o Argentina, personas con poder social y económico a nivel regional vieron cómo sus intereses económicos podían ser amenazados por el centralismo, por lo que se inclinaron por el federalismo. En otras ocasiones, tomaron simplemente las armas y se lanzaron a la toma del poder con el fin de imponer sus puntos de vista.
Hemos mencionado que existían personas que tenían a nivel regional gran poder social y económico. Estas personas utilizarían en el siglo XIX muchas veces este poder de manera contraria y /o paralela al poder político central.
Para François Chevalier el caudillismo es un fenómeno histórico que surge en la coyuntura política latinoamericana originada con la independencia de los países. El caudillismo va en América Latina asociado al caciquismo. En España también se desarrolló el caciquismo en el siglo XIX, pero, al contrario, de lo que pasó en América Latina, no se dio el caudillismo.
El caudillismo es propio de una sociedad con un sistema democrático inmaduro, grandes diferencias sociales, y existencia de oligarquías locales o regionales. Es propio de una sociedad donde personas poderosas y prepotentes no aceptan el juego político democrático.
Este problema ya lo previó Simón Bolivar, cuando al renunciar a la presidencia de la Gran Colombia expresó su temor de que tiranos "de todas las razas y todos los colores" compartirían el vasto continente.
Para Chevalier el caudillismo revela estructuras sociales subyacentes que tienen su raíz en el pasado español. Hemos visto la importancia del linaje en la sociedad española y en la colonia. Chevalier añade el significado de la familia patriarcal española con gran número de individuos unidos, no sólo por vínculos de sangre, sino también por el parentesco religioso establecido entre compadres.
John Lynch, en su obra Caudillos de Hispanoamérica.1800-1850, señala que el caudillo poseía tres rasgos básicos: una base económica, una implantación social y un proyecto político. En un principio emergió como héroe local, el hombre fuerte de su región de origen, cuya autoridad emanaba de la propiedad de la tierra y el control que ejercía sobre los recursos locales, sobre todo acceso a hombres y abastecimientos. Los caudillos luchaban entre sí por el poder sustituyendo la vida política democrática por la lucha armada. El caudillo tenía una clientela de hombres, algunos de ellos armados, que trabajaban para él. Entre caudillo y sus hombres la relación fundamental era la de patrón-cliente, y esta relación para su funcionamiento se fundamentaba en la fidelidad o lealtad de los clientes para con su patrón.
A lo largo del siglo XIX dos ideologías políticas se desarrollan en los países hispanoamericanos: el conservadurismo y el liberalismo. Hasta finales de siglo no aparecen los partidos convencionales.
Los conservadores defendían los valores trasmitidos por la iglesia católica y los privilegios de la misma, aunque se ha hecho repetidas veces una asociación conservadores-propietarios de tierra; no en todos los casos fue así. Tras la disolución del Estado colonial, el grupo social heredero de la élite criolla colonial se inclinó muchas veces por la ideología conservadora, mientras que aquellos sectores emergentes burgueses, frecuentemente, se inclinaron por la ideología liberal.
Las luchas políticas y a veces armadas entre liberales y conservadores terminaron con el triunfo liberal hacia mediados del siglo XIX. En la mayoría de los países a partir de 1850 los liberales llegan al poder, experimentándose cambios políticos con la redacción de nuevas constituciones de talante liberal, a la par que se ponían en práctica los principios liberales de la libertad individual, la supremacía del Estado, la libertad de pensamiento, y la igualdad ante la ley. Estos principos se llevaron a la práctica con la reforma de las instituciones políticas, económicas y sociales. Estos cambios traerían nuevos enfrentamientos.
El librecambismo defendido por los liberales les enfrentará con los partidarios del proteccionismo económico. La política respecto a la iglesia católica traerá enormes tensiones entre los Estados liberales y el Vaticano.
4.4.1. Evolución del liberalismo
Podemos hablar de un primer liberalismo que procede los movimientos ilustrados y de la revolución liberal-burguesa de Cádiz y muy influido por la primera constitución española, la de 1812. Este primer liberalismo inició una reforma liberal que quedó detenida por el ascenso al poder de los conservadores en torno a 1830.
Una segunda fase de resurgimiento del liberalismo, con una nueva orientación, surge, en la década de 1840, con una nueva generación de políticos liberales. Además de los principios liberales basados en la defensa de la libertad individual, aparece el ideario del librecambismo.
En los últimos años del siglo XIX se desarrolló una ideología política que daría lugar a partidos con amplio protagonismo en la vida de algunos países; esta corriente ideológica fue el radicalismo. Una nueva generación de liberales defendería una acción social y propuestas liberales más avanzadas. El radicalismo coincide con el desarrollo de sectores medios urbanos, que habían crecido notablemente; en Argentina en 1869 representaban el 14% de la población activa, y en 1914 suponían el 41% de la población activa. Este apoyo de los sectores medios permitió a Yrigoyen triunfar sobre la oligarquía, que había dominado en el país desde 1853. El radicalismo procede de la corriente liberal, para Elíseo Gallo el radicalismo era, como el antiguo liberalismo-conservador (ideología de la oligarquía), europeista, pero a diferencia de este último, el radicalismo era más moderno que el liberalismo tradicional, ampliando la base de participación política, reformando la universidad, y elaborando una legislación laboral.
En Uruguay el partido radical surge también de una escisión del partido Liberal (llamado Colorado), el radicalismo en Uruguay tendrá su figura política en José Batlle y Ordoñez, hasta el punto que el radicalismo en este país recibe el nombre de batllismo, caracterizado por la democracia social y el progreso.
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Según Alain Touraine, los elementos fundamentales del populismo son la defensa de la continuidad de la organización sociocultural frente a la penetración de capitales, técnicas e ideas de origen extranjero y la apelación a la voluntad popular directa, eliminando las formas políticas democráticas de representación política. Estos dos elementos conducen a dar un papel preponderante al Estado, que es el defensor de la identidad nacional. Al mismo tiempo, el populismo se opone a toda forma de lucha de clases.
En los estados populistas es muy importante la labor del líder. El ejemplo más importante del populismo latinoamericano es el peronismo, donde se combinan populismo y personalismo.
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Características |
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Populismo viene de populus "pueblo". ¿Pero qué pueblo? |
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4.7. Movimientos revolucionarios
Con anterioridad al siglo XX, guerra de castas (1847-53) fue el movimiento campesino más importante. Tuvo lugar en Yucatán en México.
En el siglo XX el ejemplo más importante de movimiento campesino es el zapatismo. Surge en los albores de la Revolución Mexicana en el estado de Morelos, donde los campesinos reaccionan ante el capitalismo agrario. Muchos campesinos perdieron sus tierras. A partir de 1910, Zapata se convierte en el líder de este movimiento.
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Aquí hay más información sobre el Plan de Ayala.
Con las reformas liberales los indígenas van a ver eliminado el sistema colonial que les había adscrito a pueblos de indios. Las reformas liberales llevan primero a la desamortización de la tierra propiedad de la iglesia católica y su puesta en venta. Los indígenas que vivían a la sombra de la iglesia en una situación semiservil, son expulsados y obligados a trasladarse a otras tierras, evidentemente peores. La colonización de nuevas tierras emprendida a finales del siglo XIX con el desarrollo de los transportes también perjudicará a estas comunidades.
Llegado el siglo XX la situación no mejoró. En algunos lugares los indios no identificaban el triunfo liberal con un real progreso para ellos y defendieron posturas conservadoras y de apoyo a la iglesia como fue el caso de los cristeros en México. Estos eran campesinos católicos que se sublevaron contra la política anticlerical del presidente Calles. Los cristeros, según Jean Meyer, defendían valores comunitarios y a la vez una lucha contra la élite dirigente.
Aquí puedes leer más sobre la propiedad de la tierra y los indígenas.
4.7.2. Las sublevaciones campesinas de la década de 1930
La crisis de 1929 ocasionó pérdidas de empleos y con ello problemas sociales en muchos lugares de América Latina. En El Salvador, Perú y Ecuador se producen sublevaciones campesinas. Éstas o bien son aplastadas sangrientamente por el ejército o bien manipuladas por el poder político.
Recordar
Conceptos centrales que hemos visto hasta ahora:
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